IGLESIA CAPILLA
SANTUARIO DE LOURDES
IQUIQUE
SANTUARIO DE LOURDES DE IQUIQUE
La gruta de Lourdes en Cavancha estuvo primeramente a la intemperie y fue construída por doña Adela Cisternas de Reyes, conocida vecina de Iquique por sus obras de caridad a los pobres y apoyo a instituciones religiosas, como parte de una manda a la Virgen de Lourdes, para que mejorara el estado de salud de su esposo don Juan de Dios Reyes, pero las condiciones de humedad de dicha gruta hicieron necesaria su protección y la edificación de una capilla.
La historia del Santuario de Lourdes de Cavancha esta ligada a la congregación de los Padres Oblatos, en especial a los sacerdotes René Ferragne, Rolando Girard, Leo Cantin y Alberto Saschagrin. Su llegada a la región por su interés social, puso en evidencia los graves problemas en que vivían los habitantes de las oficinas salitreras, orientando su trabajo en la educación y los valores cristianos.
El Santuario fue construido entre los años 1922-1923, y estuvo compuesto por una escuela, el templo y la casa parroquial.
Por esos años, Monseñor José María Caro era administrador apostólico del Vicariato de Iquique y estaba construyendo una escuela para la población de los pescadores de Caleta Cavancha, donde colaboraba doña Adela.
Un día, el esposo de la señora Adela, don Juan de Dios
Reyes, enfermó gravemente y fue desahuciado por los médicos. Ella, en su
devoción y confianza en la Virgen María, promete construir una gruta en memoria
de las apariciones en Lourdes si obtiene la gracia de la salud para su marido.
Gracias a la intervención de la Virgen María, don Juan de Dios se recuperó
completamente de salud y la señora Adela cumplió su promesa. En el terreno de la
escuela edificada por Monseñor Caro en Cavancha, los trabajos de construcción
de la gruta se iniciaron en 1922.
La gruta levantada al aire libre fue inaugurada y
bendecida el 27 de mayo de 1923 por Monseñor José María Caro.
Según el relato
del diario "El Tarapacá", aquel domingo una larga procesión de
romeros de toda la ciudad se puso en marcha desde el colegio Don Bosco, seguida
del señor Obispo y del Clero, hacia la gruta de Lourdes en Cavancha. Así dicha
ocasión constituyó la primera peregrinación que se llevó a cabo en el Santuario
Nuestra Señora de Lourdes.
En 1933, Monseñor Carlos Labbé, optó por edificar un
templo sobre la gruta a fin de remediar los inconvenientes del calor y del
viento del mar.
(ADAPTACION DE www.iglesiadeiquique.cl)
UBICACION: Península Cavancha, calle Alcalde Godoy
La Gruta de Lourdes: el pequeño santuario oblato de Cavancha
(SIN MODIFICACION DE www.urbatoriumiquique.blogspot.com, 21 de diciembre de 2012)
En calle Alcalde Godoy número 290 de la Península de
Cavancha, entre restaurantes turísticos y modernos edificios residenciales, resiste
al tiempo y al progreso el pequeño pero significativo templo de la Gruta de
Lourdes, otrora activo centro de peregrinación y de fe en Iquique, depositaria
no sólo del fervor cristiano de la ciudad, sino también de una interesante
tradición y de otro importante valor patrimonial de esta urbe.
La gruta comenzó a ser levantada en este sitio de la
península en 1922, gracias al financiamiento de la vecina iquiqueña Adela
Cisternas. El lugar escogido fue un cuadrante lateral de la escuela antes
fundada allí por Monseñor José María Caro. La benefactora hizo el aporte tras
una promesa pidiendo intervención divina en favor de la salud de su esposo don
Juan de Dios Reyes, gravemente enfermo y desahuciado por los médicos, por lo
que se trató de un pago de manda para la Virgen María que doña Adela se
apresuró en cumplir apenas comenzó a mejorar el estado del afectado.
La obra fue inaugurada y bendecida el domingo 27 de mayo de
1923, con una gran fiesta y una procesión de romeros que partía en el Colegio
de Don Bosco con el Obispo y el clero al frente de la marcha, aunque los
trabajos de perfeccionamiento de la gruta se extendieron hasta 1930, más o
menos. De inmediato se dispuso de ella para que los feligreses llegaran
haciendo sus súplicas y también sus aportes en limosnas. Sin embargo, sólo
cuatro meses después de haber sido terminada, doña Adela falleció sin poder ver
cómo crecería un templo sobre la misma, ni cómo se perpetuaría su legado en la
fe de la ciudad.
Inicialmente, la Gruta de Lourdes de Cavancha se encontraba
a la intemperie, sin techo ni muros de protección contra el Sol o la brisa de
las olas que revientan cerca de allí, en la Plaza Buque Varado. La figura de la
Virgen se encuentra en su interior reproduciendo la escena de la aparición de
la Santa Madre a Bernadette Soubirous, con un aspecto y colores de prendas
similares a los de la misma imagen que se encuentra en el santuario original de
Francia. Esta versión chilena de la Nuestra Señora de Lourdes fue realizada por
el artista iquiqueño Sixto Rojas, el mismo autor de las principales obras
pictóricas del Círculo Español en Plaza Prat.
También se agregó al altar de la
gruta, incrustado sobre la propia estructura, un fragmento original de la Roca
de Massabielle, sobre la cual la Virgen de Lourdes habría puesto sus pies al
comenzar a realizar sus apariciones el 11 de febrero de 1858. Esta pieza ha
sido pulida por las caricias y manos de fieles frotándose encima en todos estos
años.
Como se realizaban constantes romerías y peregrinaciones
hasta el lugar, además de las fiestas con bailes, se decidió construir la
iglesia-capilla que actualmente le alberga, siendo autorizadas las obras en
1933 por el Obispo de Iquique Monseñor Carlos Labbé, interesados en alejar al
conjunto venerado de la humedad y los días de Sol inclemente. El edificio
levantado en pino oregón, metal y estuco es de un estilo evocativo del
hispánico mediterráneo, dotado de una torre-campanario al frente y de una nave
central y dos pequeños esbozos de naves laterales al interior, como una versión
pequeña de una planta basilical. Hay una inteligente distribución de entradas
de luz el techo de este sitio, para que la gruta quede siempre iluminada en
forma natural mientras dura el día. Por su singular proximidad a la orilla del
mar, con el ruido del mecer de las olas llegando al mismo, debe tratarse de uno
de los templos más interesantes y pintorescos de nuestro país a pesar de su
ausencia de espectacularidad o magnitud.
Más tarde se le construyó el portal de acceso al recinto de
la gruta, que antes contaba sólo con una pequeña explanada o atrio frente a la
calle. Allí se registra la fecha de inicio de las apariciones de la Virgen de
Lourdes, a un lado, y la de inauguración de la gruta, al otro. "Yo
soy la Inmaculada Concepción", dice al centro, sobre el arco del acceso.
Al lado de la capilla está la Casa de Retiro, mientras que la Casa Parroquial
de la ex escuela se extiende hasta la esquina con calle Capitán Roberto Pérez.
En 1949, Monseñor Pedro Aguilera solicitó a los Misioneros
Oblatos de la María Inmaculada, orden que ha dejado importantes huellas en el
Norte Grande chileno, hacerse cargo de la administración religiosa y la
atención pastoral de la Gruta de Lourdes de Cavancha. Especial importancia en
esta destinación tuvieron sacerdotes de la orden como René Ferragne, Rolando
Girard, Leo Cantin y Alberto Saschagrin. A la sazón, se realizaba ya la fiesta
principal del santuario el 11 de febrero de cada año, conmemorando el inicio de
las apariciones de la Virgen de Lourdes.
A pesar del acoso de las inmobiliarias que han levantado
tremendos colmenares humanos en la península, el Santuario de la Gruta de
Lourdes sigue siendo un lugar de recogimiento y de afecto por parte de la
ciudadanía iquiqueña. Al interior pueden encontrarse pequeños altares adicionales,
como una imagen y placas de agradecimiento para San Pancracio, acompañada de un
panel con sus oraciones. Por el costado derecho al fondo de la nave lateral y
casi atrás de la gruta, hay una sala menor en parcial uso, con otra imagen de
la Virgen de Lourdes adentro, sobre un mueble. En el Bicentenario Nacional,
además, se hizo instalar una placa en la roca de la gruta, donde se
lee: "Gracias Madre de Lourdes por cuidar y acompañar al pueblo
chileno. Comunidad del Santuario. 18 de septiembre de 2010".
También existe un cuadro con los rostros de los 23
religiosos mártires oblatos del Convento de Pozuelo de Alarcón, brutalmente
asesinados por el bando miliciano de los republicanos durante la Guerra Civil
Española, fusilándolos entre el 24 de julio y el 28 de noviembre de 1936. Este
afiche es el oficial de su canonización en 2011, realizada por el Cardenal
Ángelo Amato en representación de Benedicto XVI, 75 años después de la matanza.
Hay muchos fieles que todavía llegan los días 11 de cada mes
al la gruta. También pasan por allí aún algunos bailes religiosos que parten a
la Fiesta de La Tirana, como preámbulo del viaje. No era raro ver, en otras
épocas, gente que llegaba de rodillas al templo pasando por debajo de este
pórtico con frontón; y entre los estudiantes era popular también subir las
escalas de una escena de la crucifixión al costado izquierdo de la gruta, para
obtener buenas calificaciones. Otros grandes devotos de la gruta han sido los
pescadores, que en el pasado tuvieron gran presencia en la Península de
Cavancha, como lo testimonia un monumento erigido para ellos en la entrada a la
misma.