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IGLESIA
SANTA CRUZ DE LIMACHE
SANTUARIO DE LA VIRGEN PURISIMA DE LAS 40 HORAS
LIMACHE







LA PARROQUIA DE LA SANTA CRUZ DE LIMACHE Y LA VIRGEN PURISIMA DE LAS CUARENTA HORAS

La milagrosa imagen

En el hermoso templo de la antigua parroquia de la Santa Cruz de Limache, fundada hace más de tres siglos, se venera con singular devoción y extraor­dinario esplendor, una imagen de la Santísima Virgen, conocida bajo la advoca­ción eucarística de las Cuarenta Horas, por coincidir su fiesta con este solemne jubileo.

Este Santuario es continuamente visitado por devotos cristianos que vienen a implorar o agradecer las misericordias de la Virgen; pero hay un día, el Domin­go de Quincuagésima, en que este culto tradicional se desborda. Desde las pri­meras horas de la mañana comienzan a llegar millares de peregrinos que en numerosa romería, juntamente con purificar sus conciencias y recibir la Santa Comunión, modulando plegarias y entonando cánticos de fe, acuden a cumplir sus mandas, a presentar sus ofrendas y a besar las regias vestiduras de la que­rida Virgencita. Es conmovedor contemplar esas compactas muchedumbres y confundidos el respetable caballero y la distinguida dama y el humilde hijo del pueblo, bendiciendo a porfía los prodigios y favores otorgados por María.

Antiguas tradiciones

Recuerdos frescos todavía de antiguas y respetables familias de este pue­blo, nos refieren estas bellas tradiciones que les contaron sus abuelos.

En una fecha que no podemos precisar, unos sencillos pescadoes encon­traron en Concón un cajoncito que flotaba sobre las olas; lo recogieron, lo abrieron y hallaron dentro una imagen de la Santísima Virgen; la llevaron a sus pobres chozas y comenzaron a honrarla con tanta fe y confianza que Ella empezó a devolverles con singulares favores la devoción de sus amantes hijos.

Probablemente esta imagen vendría embarcada en un buque y destinada a alguna iglesia de este país. La nave naufragaría a la altura de Valparaíso y después las olas llevarían hasta las playas de Concón el cajoncito que contenía un precioso tesoro. En cuanto a su procedencia nos parece que por sus rasgos ha de ser "quiteña", como que en aquellos siglos ya se labraban buenas imágenes de santos en Ecuador.

Pasaron los años, los buenos pescadores, queriendo que esta Imagen fue­ra venerada con un culto mayor que el que ellos le prodigaban, la trajeron con este fin a la ciudad de Limache, adquiriéndola desde luego don Juan Crisóstomo Rodenas, varón principal y profundamente religioso. Siendo dicho señor mayor­domo y hermano mayor de la Cofradía de Nuestra Señora de la Purísima, existen­te desde tiempo inmemorial en la parroquia de la Santa Cruz de Limache, viendo llegar el ocaso de su vida, en 1860 legó por testamento a dicha parro­quia esta venerable Imagen y muchos adornos que a ésta pertenecían, para que se conservara y aumentara el antiguo culto que se le profesaba.

La Parroquia de la Santa Cruz de Limache, agradecida a la munificencia de este ejemplar y esclarecido caballero, desde ahora, anualmente, en la víspera de la fiesta solemne de la Virgen de las Cuarenta Horas, ofrecerá una misa en sufragio de su alma, a la que asistirá oficialmente la Cofradía de la Purísima de la cual él fué incansable y tesonero apóstol.

(Del folleto "Ramillete de Recuerdos", por la Sociedad de la Buena Prensa, editado en 1931)

Incendio de 1954

Estalló en la noche del 14 de diciembre de 1954, debido a un cortocircuito, quemándose totalmente la iglesia y la imagen de la milagrosa Virgen, que no pudo ser rescatada, pese a los esfuerzos de bomberos y del público. En el sinies­tro se perdió, igualmente, su valioso archivo. Gracias a la generosidad de los ve­cinos y a la actividad desplegada por el actual párroco, don Luis Millán, las obras de reconstrucción de la iglesia se encuentran, a la fecha, bastante adelantadas.

(SIN MODIFICACION DE: “Historia de Limache”, Belarmino Torres, 1957
)

UBICACION: calle Camilo Henríquez frente a la plaza, por Avenida República.

















(FOTOGRAFIAS DE 2009)










(FOTOGRAFIAS DE 1998)




(FOTOGRAFIAS DE WFL, 2009)


(FOTOGRAFIA DE WFL, 31 DIC 2015)


(el templo fue reconstruido luego del terremoto del 27 de febrero de 2010)






























(FOTOGRAFIAS DE: mi madre Reina Liebsch Tapia, 2014)


EL CRISTO DEL ESPINO
(DOCUMENTO DE: "Histórica Relación del Reino de Chile", del Padre Alonso de Ovalle, 1646)








VER EN





(DOCUMENTO DE: Revista Zig Zag, N.157, feb. 1908)



(DOCUMENTO DE: "Estado de la Iglesia en Chile", Acción Católica, 1946)



HISTORIA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN Y DEL SANTUARIO


A inicio del siglo XIX un grupo de pescadores de la entonces modesta caleta de Concón, encontraron flotando en el mar un cajón, el cual contenía una hermosa imagen de la Santísima Virgen María, vestida de blanco con manto azul. Llevaron la bendita imagen a sus modestas casas, que no eran más que unas chozas, y la comenzaron a honrar con tanta fe, que ella les retribuía con múltiples gracias.

Al pasar algunos años, quisieron compartir esta gracia y llevaron la milagrosa imagen a Limache para un culto mayor, en donde fue adquirida por don Juan Crisóstomo Rodenas, un piadoso y conocido vecino de la ciudad el cual, la llevó a su hogar y empezó a rendirle tributo junto a muchos limachinos que frecuentaban su casa, por amistad o motivos de trabajo.

La devoción y fe a la bendita imagen de la Purísima Concepción empezó a crecer en Limache, por lo cual, cada domingo de la Quincuagésima o de las Cuarenta Horas (previo al miércoles de Ceniza), era llevada al templo parroquial donde se celebraba el Jubileo Eucarístico de las Cuarenta Horas (celebración en la cual se adora al Santísimo Sacramento por tres días consecutivos durante Cuarenta horas).

Ya que la devoción a Nuestra Señora había crecido notablemente en la ciudad, se forma la Cofradía de la Virgen Purísima en la Parroquia La Santa Cruz. El arzobispo de Santiago, Monseñor Manuel Vicuña Larraín, el 17 de agosto de 1840, aprueba el reglamento de la Cofradía y declara que el domingo de Cuarenta Horas se solemnizará la fiesta de la Purísima Concepción como Patrona tutelar de la Cofradía, debiéndose concluir su novena que se hará con toda la solemnidad posible.

Desde entonces, la imagen de la Virgen, fue conociéndose popularmente como la Virgen Purísima de las Cuarenta Horas, un hermoso título mariano-eucarístico puesto por los mismos devotos a la Virgen Purísima, que era festejada el día de las Cuarenta Horas.

El 8 de diciembre de 1859, es declarada como Patrona de la ciudad.

El 27 de febrero de 1881 fallece don Juan Crisóstomo Rodenas, pasando la imagen de la Virgen a la Parroquia La Santa Cruz de Limache.

En 1935, el rector del Santuario, Monseñor Luis Alberto Rivera, dando un gran impulso a la devoción de la Virgen y al culto eucarístico, traslada el Jubileo Eucarístico para los días martes, miércoles y jueves de la Novena, tradición que hasta el día de hoy permanece. Además, dio al Santuario el lema "A Jesús por María".

El 14 de diciembre de 1954, siendo párroco Monseñor Luis Millán, ocurre el trágico incendio del Santuario y de la casa parroquial. Desde esa fecha y durante décadas, se trabajó en la construcción del nuevo Santuario, hasta que en 1994, siendo párroco el padre Claudio Ormazábal, se finalizan las obras.

El 1° de septiembre de 1974 se funda el Centro de Servidores de la Virgen "Mons. Luis Alberto Rivera", siendo el grupo heredero de la antigua Cofradía de la Virgen Purísima.

El sábado 27 de febrero de 2010, víspera de la Solemnidad de Nuestra Señora, un fuerte terremoto afectó a la zona centro-sur de Chile quedando seriamente dañado el Santuario; la imagen de la Purísima, milagrosamente queda sin daño, a pesar de la caída de una plancha del techos que estaba arriba de ella. Su imagen es ubicada en la explanada del Santuario, donde poco a poco los devotos se acercaron a buscar consuelo y a participar de las Misas realizadas en la plaza Independencia.

Después del terremoto, toda la comunidad junto a su párroco, el padre Mario Lisperguer, se volcaron a la reconstrucción del Santuario de Nuestra Señora; durante meses se realizaron diversas actividades como bingos, entre otras. Hasta que el 14 de noviembre del mismo año en una concurrida celebración Eucarística presidida por el Obispo de Valparaíso, Monseñor Gonzalo Duarte y el rector, padre Mario Lisperguer, se reabre el Santuario y se bendicen las obras.

El año 2012 la comunidad efectuó una campaña para la construcción de un nuevo Campanario para el Santuario, logrando su objetivo.

Y así, desde el siglo XIX hasta nuestros días, se ha ido escribiendo la historia de Nuestra Señora Purísima de las Cuarenta Horas, una antigua tradición religiosa que se mantiene viva y que día a día, crece con singular amor y devoción.



(DOCUMENTO SIN CORRECCION DE: Santuario de Nuestra Señora Purísima de las 40 Horas, www.40horas.cl)


LA DOCTRINA DE LIMACHE

(www.foros-virgen-maria.blogspot.co.at/2010/02/nuestra-senora-purisima-de-las-cuarenta.html, www.forosdelavirgen.org)

 Los primeros habitantes de la zona del valle de Limache fueron los picunches, quienes vivían en pequeños caseríos, tenían una agricultura basada en los cultivos de maíz, porotos, papas y ají, y una ganadería dedicada principalmente a las llamas y guanacos. Estos indígenas fueron dominados por el Imperio inca durante el reinado de Huayna Cápac hacia fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI. Los Incas, además, establecieron la mita como sistema de trabajo. En Limache y sus alrededores, la resistencia Picunche, fue breve. El Cacique Jaujalongo derrotado en Concon y traído preso a la casa fuerte de Valdivia, en el cerro Alto Pucará de Limache, fallece luego. Los primeros asentamientos españoles en el valle se vieron favorecidos por el ramal del Camino del Inca que pasaba por el sector y por la cercanía a los lavaderos de oro del estero Marga Marga. El primer hispano dueño de un terreno en la zona fue el conquistador extremeño Pedro de Valdivia, quien se autoadjudicó una Merced de tierra en la zona la cual abarcaba Quillota hacia el norte, el Marga Marga hacia al sur y Lampa por el este. A fines del siglo XVI, con la decadencia de la producción de oro del Marga Marga, las diversas propiedades que existían luego de la fragmentación de la Merced de Valdivia comenzaron a dedicarse a labores agropecuarias, fundamentalmente a la ganadería y obrajes de jarcia, comenzando a denominarse estancias. En las primeras décadas del siglo XVI se creó la Doctrina de Limache, que era un área a cargo de un cura doctrinero quien estaba encargado de enseñar a los aborígenes la fe y cultura española. El templo central se ubicó en el núcleo de la estancia de Limache, lo que le dio el nombre a la Doctrina. Con el tiempo se perdió el término Doctrina y sólo se conservó Limache, dándole el nombre al valle. Si bien, no se sabe la fecha exacta del momento en que nació la Doctrina, se pude tomar como referencia a Alonso de Ovalle, que en su Histórica relación del Reino de Chile cuenta que un nativo, mientras cortaba leña, encontró un árbol en forma de cruz con un Cristo grabado en su tronco en el año 1636. Este Cristo fue llevado a la estancia de Limache —que cambió su denominación por la de "Santa Cruz"—, en donde se edificó una iglesia votiva. Después de 1561, para los curitas su mayor preocupación será la evangelización, y desde Quillota vendrá el cura doctrinero, a enseñar la doctrina cristiana. Doña Cristobalina, deja muy bien cimentada su capilla en la hacienda Limache, Lli—Machi, nombre nativo. A tal punto que lo de Lli-Machi, castellanizado como Limache, se extiende a toda una zona, estamos en la década de 1630. Pasara el tiempo y los requerimientos de más atenciones van aumentando, las distancias son largas y venir a Limache tiene el inconveniente de que esta un gran río de por medio-Aconcagua-, aunque Concon ofrece balsa para pasar, no siempre el destino del pobre cura es Reñaca, Ochoa -hoy Cochoa- o los bajos de Colliguay. Desde la Iglesia de la Santa Cruz de Limache, se atiende a una nutrida cantidad de fieles en la Dormida del Gobernador, que se dedican a la pequeña minería, cuentan con Alcalde de Minas, Fiel Ejecutor -cobra impuestos-. En Limache lo que había comenzado como un curato, fue rápidamente evolucionando a centro administrativo de la iglesia para todo este valle, por supuesto sin dejar de lado lo primordial de su razón de ser, el socorro y el verbo cristiano. Y llegaremos a 1691 en que Limache, que por el quehacer de todos los días el Obispo en persona vendrá a dejar el precedente, de la raíz fundacional religiosa para Limache. 

LA APARICION DE LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA 

Cuenta la historia que hacia 1831 unos pescadores de la playa de Concón vieron flotar en el mar un bulto que les llamó la atención. Lo recogieron y lo llevaron a sus chozas. Al abrirlo encontraron una bella imagen de la Santísima Virgen vestida de blanco y de manto azul. Allí, en la pobreza, le rindieron culto durante algún tiempo. Al transcurrir los años, don Juan Crisóstomo Rodenas, piadoso vecino de Limache, adquirió la preciosa imagen y le rindió culto en su casa. La devoción aumentó notablemente entre los lugareños. El hogar del señor Ródenas no bastó para albergar tantos fieles, de suerte que el día de la fiesta trasladaba el sagrado símbolo al Templo Parroquial. De acuerdo a la última voluntad de don Juan Crisóstomo, la espléndida escultura de la Virgen se incorporó definitivamente a la Parroquia de la Santa Cruz. En cuanto a su nombre, los propios peregrinos la comenzaron a llamar con esa advocación porque coincidía la fiesta de la Virgen con el Jubileo o exposición de las 40 Horas del Santísimo. A la fecha se desconoce el motivo de tal coincidencia. Monseñor Luis Alberto Rivera Andrade, párroco de santa Cruz de Limache por 30 años y gran propulsor de esta devoción, introdujo modificaciones en el desarrollo de la Novena que favorecieron el culto debido al Santísimo Sacramento. El último domingo de febrero, gran cantidad de fieles se dirigen a la parroquia Santa Cruz de Limache, en donde, durante cuarenta horas, se celebra esta fiesta religiosa en honor a la virgen. 

LAS FESTIVIDADES DE LAS 40 HORAS 

En las festividades de las 40 Horas de Limache, los peregrinos dan fe a toda prueba de sus creencias, mediante mandas y sobre todo, mediante un caminar y caminar de leguas, como si recordaran a los Curas Doctrineros, los que a su paso extendieron el nombre de un rincón del valle, con su acción, a toda una comarca: “Limache“. La “abuela“ de la iglesia, conocida como de las 40 Horas, fue levantada en la rivera norte del estero hoy llamado Limache, fue una capilla de tejas y adobes con un dosel y un frontal, por el año 1636. La venida del Cura Doctrinero desde el valle de Quillota, es un tanto sacrificada, por cuanto los españoles viven en el lado norte de río Aconcagua, sector de Rautén. A pie, o en el mejor de los casos en mula, el curita atiende un vasto sector. Su jurisdicción abarca desde las playas de Concon, al portal de Til-Til, y desde Marga-Marga y los pies del Colliguay a Rautén. Hasta que con fecha 14 de julio de 1662, el fraile manda otros curas que se sumaran a la tarea evangelizadora y que se organizaran otras doctrinas y se evitara el gran río. Ahora son tres curas y a ninguno le acechará el gran río. En las festividades religiosas de las 40 Horas limachinas, de alguna manera los caminantes peregrinos están rindiendo tributo a la memoria de aquellos curas que traían la Palabra, hace mas de 400 años, lo que le da un carácter espiritual a lo fundacional del nombre Lli-Machi, ( Limache). El último domingo de febrero se realiza el Día de la Virgen, y se realizan 13 eucaristías en el día, con una misa central a las 12.00 presidida por el Obispo de Valparaíso y al atardecer una procesión de la imagen de la Virgen por las calles de Limache. Previamente se realizó una novena. Se estima que en esta fiesta participan alrededor de 100 mil peregrinos. 

ORACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LAS 40 HORAS 


Oh! Purísima Virgen de las Cuarenta Horas, Madre de Dios y Madre mía, yo te pido con humildad y confianza quieras atender a mis necesidades. No desoigas, Madre clementísima, mis súplicas, sino dígnate acceder favorablemente a ellas. Amen. Se pide a la Virgen la gracia que uno desea conseguir y se rezan 3 Ave Marías, por las vocaciones sacerdotales y religiosas.



(DOCUMENTO DE: www.iglesia.cl)


(Revista "Sucesos" de Valparaíso, N.549, 13 marzo 1913)

(Revista "Sucesos" de Valparaíso, N.705, 30 marzo 1916)












(Fotografías como postales en www.mercadolibre.cl)