IGLESIA CAPILLA
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
LA DORMIDA - OLMUE
La capilla de La Dormida es una construcción colonial de mediados del siglo XVII, fundada como lugar de tránsito de los viajeros entre Valparaíso y Santiago que cruzaban la Cordillera de la Costa por el Valle de Limache hacia Til Til.
Se estima que esta capilla pudo haber sido fundada por Pedro de Valdivia, quien más de una vez descansó en este lugar antes y después de cruzar el paso entre las montañas de El Roble y Las Vizcachas.
Como testimonio de la arquitectura rural de la Epoca Colonial en Chile y por hallarse en un paisaje natural destacado, la iglesia, el cementerio, la plaza y su entorno fueron declarados Monumentos Históricos el 4 de enero de 1989.
(ADAPTADO DE: Ministerio de Educación, Declaración de Monumento Histórico, Decreto N.20, 4 de enero de 1989)
UBICACION: al pie de la Cuesta La Dormida, sector poniente - Valle de Limache, a 3 kms. de Quebrada Alvarado, y 14 kms. de Olmué.
LA RUTA DEL CAMINO REAL DE LA DORMIDA
Introducción
Dentro de la Ruta del Camino Real de la Dormida, se presentan los fundamentos históricos y del paisaje natural, los atractivos y servicios principales relacionados con Olmué, Quebrada de Alvarado, Limache y Quillota. También, se presenta un mapa del área para orientarse cómo acceder a esta ruta y los servicios turísticos disponibles asociados a los atractivos.
Este documento es uno de los resultados del proyecto financiado por Innova Chile de Corfo “Nuevos destinos y productos de turismo de intereses especiales para la Región de Valparaíso”, validado en numerosos talleres y seminarios con empresarios y la comunidad. Es un proyecto mandatado por el Gobierno Regional de Valparaíso, en sociedad con la Asociación Regional de Municipalidades de Valparaíso, la Corporación Nacional Forestal, Región de Valparaíso y la Federación MIPYME de Valparaíso y donde actúa como oferente el Servicio Nacional de Turismo, Dirección Regional de Valparaíso. El organismo ejecutor fue el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Desde la ciudad de Santiago se puede acceder a la ruta 5 Norte hacia la comuna de Til Til. A través de la ruta G-10-F, se accede a la Cuesta de La Dormida pasando por la iglesia que lleva el mismo nombre, tramo esencial del Camino Real, hasta llegar a la localidad de Quebrada de Alvarado y posteriormente a Limache (enlaza con la Ruta turística del Ferrocarril de Valparaíso a Santiago). Desde Valparaíso, tomar la Autopista Troncal Sur, que tiene un desvío hacia Limache Viejo por medio de la ruta F-618, y desde allí continuar el recorrido hacia Olmué por el sector de Lo Narváez por medio de la ruta F-10-G hasta llegar al sector de Quebrada de Alvarado, para finalmente ascender a la Cuesta de la Dormida, en cuya cumbre un mirador permite contemplar el valle de Olmué al Oeste, y el de Santiago hacia el Este, al pie de los imponentes montes y volcanes de la Cordillera de Los Andes.
Fundamentos Históricos
Las grandes rutas terrestres son los ejes circulatorios de las comunidades humanas. Esta función fundamental para el desarrollo de las sociedades, en América tiene sus antecedentes remotos en las culturas prehispánicas al punto que muchos de los caminos coloniales fueron estructurados sobre antiguas rutas indígenas que conectaban diversos territorios, importantes para la subsistencia y economía de estas poblaciones.
Los primeros datos sobre la existencia de un camino que, bajando por la hoy en día conocida como “cuesta de La Dormida”, uniera la capital con el valle de Quillota se encuentran en los propios relatos de las acciones llevadas a cabo por don Pedro de Valdivia, una vez llegado al valle del Mapocho. Los antecedentes mencionan que, ansioso por recibir noticias y bastimentos traídos por mar por Juan Bautista Pastene, Valdivia en compañía de varios de sus capitanes se habría asomado al cordón montañoso que posteriormente se llamaría La Dormida desde la aldea de Til Til, con la finalidad de alcanzar la ruta más corta hacia el mar. Debiendo entonces descansar y pasar la noche en algún lugar, lo habría realizado en el lugar en donde hoy se encuentra la Iglesia de La Dormida, fundando esta capilla en febrero de 1541; para el año 1600, ya se habría formado en ese lugar un pequeño caserío, constituyendo uno de los lugares poblados más antiguos de la zona.
(FOTOGRAFIAS DE mi madre Reina Liebsch Tapia, 2014)
LA RUTA DEL CAMINO REAL DE LA DORMIDA
Introducción
Dentro de la Ruta del Camino Real de la Dormida, se presentan los fundamentos históricos y del paisaje natural, los atractivos y servicios principales relacionados con Olmué, Quebrada de Alvarado, Limache y Quillota. También, se presenta un mapa del área para orientarse cómo acceder a esta ruta y los servicios turísticos disponibles asociados a los atractivos.
Este documento es uno de los resultados del proyecto financiado por Innova Chile de Corfo “Nuevos destinos y productos de turismo de intereses especiales para la Región de Valparaíso”, validado en numerosos talleres y seminarios con empresarios y la comunidad. Es un proyecto mandatado por el Gobierno Regional de Valparaíso, en sociedad con la Asociación Regional de Municipalidades de Valparaíso, la Corporación Nacional Forestal, Región de Valparaíso y la Federación MIPYME de Valparaíso y donde actúa como oferente el Servicio Nacional de Turismo, Dirección Regional de Valparaíso. El organismo ejecutor fue el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Desde la ciudad de Santiago se puede acceder a la ruta 5 Norte hacia la comuna de Til Til. A través de la ruta G-10-F, se accede a la Cuesta de La Dormida pasando por la iglesia que lleva el mismo nombre, tramo esencial del Camino Real, hasta llegar a la localidad de Quebrada de Alvarado y posteriormente a Limache (enlaza con la Ruta turística del Ferrocarril de Valparaíso a Santiago). Desde Valparaíso, tomar la Autopista Troncal Sur, que tiene un desvío hacia Limache Viejo por medio de la ruta F-618, y desde allí continuar el recorrido hacia Olmué por el sector de Lo Narváez por medio de la ruta F-10-G hasta llegar al sector de Quebrada de Alvarado, para finalmente ascender a la Cuesta de la Dormida, en cuya cumbre un mirador permite contemplar el valle de Olmué al Oeste, y el de Santiago hacia el Este, al pie de los imponentes montes y volcanes de la Cordillera de Los Andes.
Fundamentos Históricos
Las grandes rutas terrestres son los ejes circulatorios de las comunidades humanas. Esta función fundamental para el desarrollo de las sociedades, en América tiene sus antecedentes remotos en las culturas prehispánicas al punto que muchos de los caminos coloniales fueron estructurados sobre antiguas rutas indígenas que conectaban diversos territorios, importantes para la subsistencia y economía de estas poblaciones.
Los primeros datos sobre la existencia de un camino que, bajando por la hoy en día conocida como “cuesta de La Dormida”, uniera la capital con el valle de Quillota se encuentran en los propios relatos de las acciones llevadas a cabo por don Pedro de Valdivia, una vez llegado al valle del Mapocho. Los antecedentes mencionan que, ansioso por recibir noticias y bastimentos traídos por mar por Juan Bautista Pastene, Valdivia en compañía de varios de sus capitanes se habría asomado al cordón montañoso que posteriormente se llamaría La Dormida desde la aldea de Til Til, con la finalidad de alcanzar la ruta más corta hacia el mar. Debiendo entonces descansar y pasar la noche en algún lugar, lo habría realizado en el lugar en donde hoy se encuentra la Iglesia de La Dormida, fundando esta capilla en febrero de 1541; para el año 1600, ya se habría formado en ese lugar un pequeño caserío, constituyendo uno de los lugares poblados más antiguos de la zona.
Respecto de su utilización, el padre Guarda menciona que “las ordenanzas de postas y estafetas, publicada en Lima en 1779…indican la ruta usada entonces por la costa , la cual, desde Vallenar, tocaba Los Choros, Yerba Buena, Coquimbo, Camarones, Barraza, Peña Blanca, Amolanas, Canela, Mincha, Conchalí, Quilimarí, La Ligua, El Melón, Quillota, La Dormida, Til Til, hasta Santiago” (Guarda, Gabriel. Historia Urbana del Reino de Chile, p. 156).
De acuerdo a algunas fuentes, este camino (“Camino Real”) se habría utilizado hasta 1795, fecha en la cual el Gobernador Ambrosio O’Higgins abrió un nuevo camino entre la capital y el puerto de Valparaíso (“Camino Real de las carretas”). Una descripción posterior realizada por Benjamín Vicuña Mackenna, señala que “La depresión que se nota al pié de la cuchilla, es la famosa cuesta de la Dormida antiguo i frecuentado camino entre Limache, Quillota i Santiago, i que debe su nombre a su desmesurada estension (ocho horas de camino, en lo montado)”.
En este contexto se sitúa el “Camino Real de La Dormida”, que forma parte de una red vial que construyeron los españoles para comunicar el territorio conquistado y permitir a su vez, controlarlos y extraer los recursos económicos que necesitaban para la subsistencia de sus colonias, incluyendo el control de los lavaderos de oro del Marga Marga. El Camino Real de La Dormida comunicaba la capital del Reino con el mar, espacio vital para su abastecimiento en los primeros siglos de la conquista.
Fundamentos del Paisaje Natural
La Ruta del Camino Real destaca por una serie de paisajes que son posibles de observar desde distintos puntos de su recorrido. Así, desde la cumbre de la Cuesta de La Dormida, es posible observar el cerro El Roble por un lado, el cerro Las Vizcachas por otro, y al oriente, la Codillera de Los Andes. Por su parte, desde lo alto del cerro El Roble, es posible observar al oriente el valle de Caleu, con la presencia de los hermosos bosques de Roble de Santiago (Nothofagus obliqua var. Macrocarpa), asociado con el bosque nativo latifoliado, a menor altitud, destacando allí las especies peumo (Cryptocarya alba), maitén (Maytenus boaria), boldo (Peumus boldus), litre (Lithraea caustica) y quillay (Quillaja saponaria). Por la vertiente sur-este y desde lo alto de los cerros El Roble y Puntilla Imán baja un denso bosque de roble (Nothofagus obliqua var. Macrocarpa), en el que se desarrollan “digüeñes”, hongos pequeños de color blanco-amarillento, muy apreciados por la comunidad para su consumo y es posible encontrar diversidad de aves que se cobijan en el bosque, entre ellos el Zorzal (Hylocichla) y la Perdiz chilena (Nothoprocta perdicaria perdicaria).
Quebrada de Alvarado
La Quebrada de Alvarado es uno de los poblados más antiguos de la zona. Su fundación data del siglo XVII y aún mantiene ciertos rasgos coloniales expresados en su traza urbana y en la arquitectura doméstica y religiosa, tales como la estructura de “calle larga”, el uso del adobe y teja para las construcciones de casas particulares, la mantención de las “pircas de piedra” como cercos demarcatorios y la Iglesia de Quebrada de Alvarado, entre otros.
En el poblado también es posible observar otros rasgos propios de la “cultura campesina”, como el rodeo, actividad que se realiza en diversos sectores cercanos al poblado, tales como la media luna de Quebrada de Alvarado, de Las Palmas o de La Vega y en la gastronomía tradicional, ofrecida por diversos servicios de la localidad.
Iglesia Nuestra Señora del Rosario de La Dormida
Las fuentes refieren a la fundación de esta capilla por el propio conquistador don Pedro de Valdivia, quien debiendo descansar antes de acometer la subida a la cuesta, eligió ese lugar en donde fundó una pequeña capilla. La iglesia y su entorno – el “cementerio parroquial”, el “atrio” de la capilla y las construcciones aledañas - forman parte de un conjunto colonial muy importante para el entendimiento de la vida en esa época. Por su entorno pasa un tramo del propio “camino real” que, bordeando la vertiente sur de los lomajes que bajan del cerro El Roble, pasan por el sector La Vega para llegar al portezuelo de La Dormida. El conjunto arquitectónico muestra construcciones tradicionales de adobe, quincha y teja en las casas de alrededor y se encuentra demarcado por antiguas “pircas” de piedra.
Iglesia del Niño Dios de Las Palmas
La iglesia, inicialmente una capilla, es producto de un proceso de religiosidad popular muy propio de la zona central de país, relacionado con el hallazgo de un “objeto de culto” que luego se vuelve un verdadero lugar de peregrinación. En conjunto con la Virgen de Lo Vásquez o la Virgen de las 40 horas de Limache, el culto al Niño Dios de las Palmas representa lo más auténtico de la religiosidad campesina.
Iglesia Nuestra Señora del Rosario de La Dormida
Las fuentes refieren a la fundación de esta capilla por el propio conquistador don Pedro de Valdivia, quien debiendo descansar antes de acometer la subida a la cuesta, eligió ese lugar en donde fundó una pequeña capilla. La iglesia y su entorno – el “cementerio parroquial”, el “atrio” de la capilla y las construcciones aledañas - forman parte de un conjunto colonial muy importante para el entendimiento de la vida en esa época. Por su entorno pasa un tramo del propio “camino real” que, bordeando la vertiente sur de los lomajes que bajan del cerro El Roble, pasan por el sector La Vega para llegar al portezuelo de La Dormida. El conjunto arquitectónico muestra construcciones tradicionales de adobe, quincha y teja en las casas de alrededor y se encuentra demarcado por antiguas “pircas” de piedra.
Iglesia del Niño Dios de Las Palmas
La iglesia, inicialmente una capilla, es producto de un proceso de religiosidad popular muy propio de la zona central de país, relacionado con el hallazgo de un “objeto de culto” que luego se vuelve un verdadero lugar de peregrinación. En conjunto con la Virgen de Lo Vásquez o la Virgen de las 40 horas de Limache, el culto al Niño Dios de las Palmas representa lo más auténtico de la religiosidad campesina.
La tradición indica que un labrador de la zona de Caleu, encontró una figura religiosa modestamente vestida, la que llevó a su casa en tanto aparecía su dueño. En el año 1780, la entregó a un agricultor de la zona de Las Palmas de Quebrada de Alvarado quien la llevó a ese lugar, transformándose luego en un objeto milagroso, al que rinden culto todas las comunidades campesinas de Quebrada de Alvarado, Las Palmas, La Vega, La Dormida, Olmué y otros lugares. El proceso de culto se revitaliza durante los siglos XIX y XX con la realización de “bailes chinos” en honor al niño Dios y el otorgamiento de ofrendas de productos agrícolas de la zona. Además, genera y promueve la poesía popular a través del “canto a lo Divino” en un verdadero culto local que le otorga un valor agregado a la zona. El entorno a este santuario, así como la ruta que lo une con Quebrada de Alvarado, muestra además una serie de paisajes y ecosistemas diversos, propios de la vertiente de umbría del Parque Nacional La Campana, creando una ruta alternativa al “camino real”, relacionada principalmente con la religiosidad popular propia de la zona central del país.
Limache Viejo
El poblado de Limache Viejo mantiene algunas características arquitectónicas y urbanísticas que dan cuenta de su antiguo pasado colonial y su relación con el Camino Real de La Dormida. En la época colonial, el territorio de Limache se encontraba dividido en un conjunto de estancias llamadas de Limache, Lliu Lliu, Pelumpén y Olmué.
El establecimiento de una “doctrina” eclesiástica en el sector impulsa a una concentración de la población en torno a la parroquia matriz de ese lugar, llamada Santa Cruz de Limache, en 1691. Sólo en el año 1826, un grupo de vecinos solicita la autorización para erigir una “villa” en ese sector, la cual se entrega con el compromiso de mantener el “camino real” de la Dormida. En la visita al poblado, aún es posible observar algunos elementos de la arquitectura colonial, como los muros de adobe, los techos de teja, o las murallas de tapia.
Parroquia de la Santa Cruz de Limache Viejo
La parroquia resguarda una nueva manifestación de religiosidad popular, tan propia de esta zona del país, referida al culto que se realiza en torno a una imagen de la Virgen María que, según la tradición oral, fue encontrada en la caleta de Con Con y llevada a ese lugar, en donde comenzó a adorársele, retribuyendo la Virgen con una serie de milagros. Adquirida luego por un vecino de Limache, fue llevada a su casa en donde comenzó el rito de adoración que luego se trasladó a la parroquia de la Santa Cruz, en donde se conmemora en la actualidad, el domingo previo al miércoles de ceniza con una procesión llamada de las “40 horas”. El 8 de diciembre de 1859 fue declarada como Patrona de la ciudad. En la actualidad, el culto a la “Virgen Purísima de las 40 horas” se ha extendido a gran parte de la población católica regional.
Monasterio Benedictino de Lliu Lliu
El Monasterio de San Benito de Lliu Lliu se estableció en las antiguas dependencias de la Hacienda del mismo nombre, situada unos kilómetros al sur-oriente del poblado de Limache Viejo. El Monasterio se encuentra situado en el interior del valle de Lliu Lliu, muy cerca del embalse del mismo nombre. Gran parte de sus terrenos se encuentran cultivados y el entorno del valle muestra lomajes y cerros con vegetación estepárica, formada por Espinos (Acacia caven) y otras especies. El entorno inmediato se encuentra plantado de paltos (Persea americana).
Parroquia de la Santa Cruz de Limache Viejo
La parroquia resguarda una nueva manifestación de religiosidad popular, tan propia de esta zona del país, referida al culto que se realiza en torno a una imagen de la Virgen María que, según la tradición oral, fue encontrada en la caleta de Con Con y llevada a ese lugar, en donde comenzó a adorársele, retribuyendo la Virgen con una serie de milagros. Adquirida luego por un vecino de Limache, fue llevada a su casa en donde comenzó el rito de adoración que luego se trasladó a la parroquia de la Santa Cruz, en donde se conmemora en la actualidad, el domingo previo al miércoles de ceniza con una procesión llamada de las “40 horas”. El 8 de diciembre de 1859 fue declarada como Patrona de la ciudad. En la actualidad, el culto a la “Virgen Purísima de las 40 horas” se ha extendido a gran parte de la población católica regional.
Monasterio Benedictino de Lliu Lliu
El Monasterio de San Benito de Lliu Lliu se estableció en las antiguas dependencias de la Hacienda del mismo nombre, situada unos kilómetros al sur-oriente del poblado de Limache Viejo. El Monasterio se encuentra situado en el interior del valle de Lliu Lliu, muy cerca del embalse del mismo nombre. Gran parte de sus terrenos se encuentran cultivados y el entorno del valle muestra lomajes y cerros con vegetación estepárica, formada por Espinos (Acacia caven) y otras especies. El entorno inmediato se encuentra plantado de paltos (Persea americana).
La comunidad Benedictina de Chile compró en 1975 el casco histórico de la ex Hacienda de Lliu LLiu, transformada posteriormente en un “asentamiento”. La reparación de las partes antiguas del Monasterio se realizó bajo los planos del arquitecto Raúl Irarrázabal. El 13 de enero de 1985 se consagra la Iglesia, construida restaurando la antigua bodega agrícola de la Hacienda. Su consagración la ejecutó el Obispo Angelo Sodano, Nuncio de Su Santidad en Chile.
Quillota
Fundada a los pies del cerro Mayaca por José de Santiago Concha y Salvatierra el 11 de noviembre de 1717, la ciudad de Quillota mantiene su herencia colonial evidenciada por su plano urbano de cuadrícula española establecida a partir de su “plaza de armas”, más conocido como plano de Damero. Sin embargo, sus antecedentes previo a su fundación se remiten al año 1540, en donde Pedro de Valdivia se establece en las cercanías al poblado de San Pedro para extraer el oro desde el cerro La Campana y cultivar los valles de Boco, Rautén y La Palma irrigados por el río Aconcagua. De esta forma se declara como Corregimiento en el año 1585, administrando un vasto territorio que comprendía desde Illapel hasta Casablanca.
Su fuerte arraigo como ciudad de origen colonial se manifiesta también en su arquitectura; ejemplo de la cual es en la actualidad la llamada Casa Colonial, declarada monumento nacional, y las numerosas iglesias y capillas situadas en la zona, lo que demuestran la influencia de las órdenes religiosas en la zona (Iglesia y Convento de Santo Domingo, Iglesia de Las Palmas) Actualmente es capital de la provincia que lleva su mismo nombre y su principal vía de acceso es a través de la Ruta Internacional CH-60 y las vías locales F-62 y F-64.
Museo Histórico y Arqueológico de Quillota
El Museo Histórico y Arqueológico de Quillota, ubicado en la actualidad en la Casa Colonial, único Monumento Nacional de la ciudad, mantiene una muestra representativa de las culturas prehispánicas en la zona, especialmente aquellas conocidas como Bato, Aconcagua e Inca, donde se puede seguir la historia regional. El Museo funciona también como centro de investigaciones, tanto de la historia como de la prehistoria local. En este establecimiento es posible encontrar muestras representativas de los principales sitios arqueológicos de la ciudad, tales como Estadio de Quillota, El Sendero, Calle Larga o el propio cerro Mayaca.
Iglesia de Santo Domingo
Construida en el primer cuarto del siglo XVIII (1727) como institución destinada a hospicio, esta iglesia y convento Domínico representa claramente la importancia de las distintas órdenes religiosas durante el período colonial, las que acompañaron el desarrollo de la ciudad durante sus primeros siglos de existencia. Como muchas de las construcciones coloniales de la zona, su estructura, que ha caracterizado históricamente una esquina de la plaza de armas de la ciudad, ha sufrido innumerables cambios debido a los distintos eventos sísmicos, tan frecuentes en el país. La Iglesia actual data de fines del siglo XIX, pero fue reconstruida luego del gran terremoto de 1906 de Valparaíso, que afectó a toda la región.
En la actualidad, en esta Iglesia de larga historia colonial, se rinde culto a la “beatita Benavides” (María del Carmen Benavides) hija de una importante familia de Quillota, cuya historia se vincula directamente a los hechos de la Independencia, la que consagró su vida a la religión. Este culto católico, tiene gran arraigo en la actualidad en la población local.
(DOCUMENTO DE: Universidad Católica de Valparaíso, Instituto de Geografía, www.innovaturismo.ucv.cl)