IGLESIA CONVENTO
BUEN PASTOR
SAN FELIPE
IGLESIA
CONVENTO BUEN PASTOR DE SAN FELIPE
HISTORIA
DE LA CONGREGACIÓN BUEN PASTOR
La
Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor fue fundada por
Santa Eufrasia de Pelletier el año 1835 en la ciudad de Angers, Francia, y
luego se extendió a los cinco continentes.
Chile
es el primer país de América latina que recibe a hermanas de la Congregación
BP. Las religiosas llegan a san Felipe en 1855, para ser acogidas en el
Beaterio del Tránsito.
En
1783 María y Francisca Febre fundaron un Beaterio en la ciudad de San Felipe. Los
Beaterios existían ya en el Siglo XVI. Las Beatas vestían el hábito religioso,
sin llegar a pertenecer a ninguna orden y llevaban una vida entregada al
recogimiento, oración y servicios a la comunidad. Al Beaterio del Tránsito
ingresó la señora Ignacia del Canto en 1833, a los tres años muere donando sus
bienes y los terrenos de la Chacra del Carmen al Beaterio. En estos
terrenos se construye, años después, el Convento y la Iglesia de la
Congregación Buen Pastor.
En
1855 llegaron 7 hermanas que provenían Francia, se alojaron y vivieron hasta el
año 1873 en el Beaterio. En ese momento había 14 Beatas, 7 de ellas pasaron a
formar parte de la Congregación. Ese mismo año se termina la existencia del
Beaterio de San Felipe, transformándose en la primera Comunidad del Buen Pastor
en América Latina.
En
julio de 1859, en los terrenos de la Chacra del Carmen, se empieza a construir
el monasterio de la Congregación.
La
madre Teresa Letocart (1825-1895) ingresó a los 22 años al noviciado en
Angers, Santa María Eufrasia la eligió en octubre de 1856 como
misionera para fundar la primera casa en Santiago de Chile. El trayecto desde
Francia duró tres meses.
En
1869 la madre Teresa Letorcart fue elegida como Superiora de la casa de San
Felipe. En este período se encarga a Francia el altar mayor y
los altares laterales para la iglesia.
La
Iglesia se inaugura en 1878 con la primera liturgia.
La
Iglesia y Monasterio fueron declarados Monumento Histórico Nacional (MHN) el
año 1989.
La
misión de la Congregación está dedicada, de manera principal, a la educación y
cuidado de menores huérfanas y a las mujeres privadas de libertad y su entorno
será un eje central en las actividades religiosas y sociales de la comunidad de
San Felipe.
El
año 2005 se inaugura el Museo de Arte Sacro y Costumbrista para
celebrar el Año del Jubileo por los 150 años de la Congregación BP al
servicio de la comunidad.
LA
IGLESIA Y CONVENTO
La
piedra fundamental de la Iglesia fue colocada en 1876. Siguiendo el estilo del
Buen Pastor la planta tiene forma de cruz latina. Edificada en
albañilería de adobe, cuenta con un campanario de madera y pórtico romano con
columnas corintio. De claro estilo neoclásico se distinguen el altar central y
dos altares laterales de bronce cincelado con cristales y esmaltes. Posee también
un órgano francés Cavaille Coll protegido por la Ley de Monumentos Nacionales.
La
torre y campanario de la Iglesia con 20 metros de altura son un punto de
referencia en la ciudad de San Felipe.
El
año 2010 luego del terremoto del 27F se inicia, liderado por el arquitecto
Humberto Eliash, un gran proyecto de restauración de la Iglesia, Convento y
otros espacios, bajo el alero del programa Puesta en Valor del Patrimonio, con
el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) el Ministerio de
Obras Públicas (MOP) y donaciones de privados.
(*
SIN MODIFICACION: Fundación Buen Pastor de San Felipe, iglesia Buen Pastor,
historia de la Congregación y de la iglesia, www.fundacionbuenpastor.cl)
UBICACION: esquina avenidas Yungay con O´higgins,
San Felipe
EL MONASTERIO DEL BUEN PASTOR DE SAN FELIPE
Revista En Viaje, N. 334, agosto de 1961
Un templo hermoso y poco conocido, cuya antigua congregación lo donó a la Fundación Las Rosas.
La congregación de origen francés, dedicada a auxiliar a mujeres jóvenes vulneradas, levantó el complejo de templo y convento a mediados del siglo XIX, al otro lado del río Mapocho, en la calle Rivera N° 2001, comuna de Independencia. Un extraño caso empañó sus primeros años y les hizo una mala fama. A pesar de esto, su importante y discreta labor se ha extendido por más de 150 años.
Con los años, la institución no pudo mantener las edificaciones ya declaradas Monumento Histórico y después de algunos años de abandono, e incluso saqueo, fue donada a la Fundación las Rosas, donde actualmente funciona su Hogar N° 3.
La Congregación en Chile, un Comienzo Difícil
Las hermanas del Buen Pastor, fue fundada en Francia en 1835, por la religiosa Santa María Eufrasia de Pelletier. En el año 1855 la congregación llega a Chile y funda en la ciudad de San Felipe, la primera casa que acoge a niñas y jóvenes en situación de abandono y desprotección.
Tres años más tarde se funda una casa en Santiago. A dos años de funcionamiento la organización interna del convento sufre un fuerte desorden debido a posibles casos de Histeria de algunas internas. El particular y escandaloso trastorno síquico ya era conocido en Europa y en Chile se reportaban algunos casos. Sin embargo, por total desconocimiento de este comportamiento, la institución cayó en desacreditación pública y comenzó una caza de brujas en su contra, con la consiguiente suspensión del noviciado.
Fue entonces que Josefa Fernández Concha, una joven de alta alcurnia, consagrada recientemente a la vida religiosa, logra reencausar el orden y la labor de la congregación. Al poco tiempo aumentaron las vocaciones y junto con esto, los proyectos de abrir nuevas casas de acogida, tanto en Chile como en países como Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay. Josefa Fernández falleció en 1928 en Argentina, donde están sus restos. Su proceso de beatificación esta en curso.
Hoy la obra de la congregación se mantiene en plena vigencia y cuenta con 13 casas de acogida en Chile, entregando ayuda a mujeres y niñas que sufren de diversos problemas.
El Rescate de la Construcción
En el año 1972, por graves problemas estructurales en la construcción, la sede provincial de la congregación deja de funcionar en Rivera y se traslada a la sede Aldea de María Reina, en Puente Alto. Este mismo año, el templo y el convento son decretados como Monumento Histórico. De aquí en adelante las propiedades que ocupan unos 2.700 mts cuadrados, quedan en desuso y comienzan a deteriorarse.
Dada la situación apremiante y sin salida, en una acción radical la Superiora Provincial de la congregación, envía una carta al vicepresidente de la Comisión de Monumentos Nacionales, fechada en el año 1977, donde le pide que se considere derogar el carácter de Monumento. Lo más probable que con la intención de vender, ya que un propiedad declarada monumento casi no puede ser modificada no menos demolida. Por otro lado, la Comisión tampoco está facultada para entregar recursos.
Según los informes de esta carta, el templo estaba dañado en gran parte de su estructura y techumbre y había sido víctima de saqueos: se roban los muebles de la sacristía, las puertas de las custodias, los mármoles que revestían los altares e incluso rompen las criptas (mantenerlas al interior era una antigua costumbre católica). Aún se observan detalles de este último desastre en algunas lápidas.
La congregación ofrece las propiedades al Arzobispado y a otras instituciones religiosas, pero ninguna las acepta; incluso la ofrecen en comodato a carabineros, pero estos no estaban dispuestos a asumir los costos de la reparación.
La petición fue denegada, considerándose que los informes eran exagerados. Fue entonces que las propiedades fueron donadas a la Fundación Las Rosas en el año 1982, con la consiguiente y positiva recuperación a través de los años.
La Arquitectura
La construcción del convento se inicia el año 1857 y la del templo en 1862, quedando terminada en 1862. Su arquitecto es Eusebio Chelli, el mismo que construyó la capilla de San Paul, en los actuales recintos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Ambas comparten el estilo neoclásico y una particularidad muy poco desarrollada en el país, esto es la planta en forma de cruz latina, donde dos brazos nacen del centro y hay un gran espacio hacia atrás del altar. Sobre este, una bóveda deja entrar la luz. Sus dos principales torres tienen reminiscencias góticas, por su forma de punta.
Construida con muros de adobe (al igual que el convento), aun mantiene mármol en diversas superficies y columnas. Aun se mantienen hermosos muebles de madera tallada, como el púlpito o los confesionarios.
(SIN MODIFICACION DE: www.chile.com)