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IGLESIA
SAN ANTONIO
MATILLA



 



IGLESIA SAN ANTONIO DE MATILLA

Matilla se ubica junto a la Quebrada de Quisma, en el margen oriental de la Pampa del Tamarugal. Las aguas del estero aledaño han permitido la existencia de un verdadero oasis, lo que posibilitó el poblamiento del lugar y el cultivo de diversos productos, en particular de la vid, desde comienzos del siglo XVIII. 


De fines del siglo XVIII data la primitiva iglesia de la localidad, que fue destruida por el terremoto de 1878. Sobre los cimientos de la antigua construcción se erigió la iglesia actualmente en pie, construida con la técnica de tabiquería de cañas, revocada con cal y tiza. Es obra del constructor español José Durán. 

En planta de crucero, sobre éste se erige una cúpula y linterna, de concepción clásica. Característica de la construcción es la bóveda de cañón corrido que la cubre. La fachada, de estilo neoclásico, hace uso del arco de medio punto en el vano del acceso y en las dos ventanas laterales; el nivel superior es coronado por un frontón triangular. El sólido campanario, -que se erige separado del cuerpo de la iglesia, como ocurre en muchas de las iglesias coloniales de Tarapacá- es el del templo original. Tiene capacidad para contener ocho campanas. 

De planta cuadrada y dos cuerpos, fue construido con bloques pequeños de cal, tiza y bórax. El interior de la Iglesia de Matilla destaca por su retablo de albañilería, que se supone es el original de la antigua iglesia, y que presenta una composición de gran belleza.

Monumento Histórico D.S. 5058 06-07-1951

(SIN MODIFICACION DE www.monumentos.cl, Consejo de Monumentos Nacionales)


UBICACION: junto a la plaza entre calles Baquedano y Caupolicán, Ruta La Tirana - Pica, se encuentra a 1.160 msnm.

FIESTAS RELIGIOSAS: 13 de junio San Antonio, 31 de octubre San Alfonso, 30 de noviembre San Andrés (DE: "Folclor Religioso Chileno", Oreste Plath, 1996)



(FOTO ANTIGUA DE: Chiledel1900,blogspot.com)











 








 












 


 






 








 


 








 
(FOTOGRAFIAS DE 2009)



REINAUGURACIÓN DE LA IGLESIA DE MATILLA

Una verdadera fiesta fue la que celebró la comunidad de Matilla en pleno, la víspera del 12 de Junio, día de su patrono San Antonio. Fuegos artificiales, tañido de campanas, música y comidas tradicionales, acompañaron la inauguración de la iglesia que lleva el nombre del Santo, destruida en la misma fecha, en 2005, por el terremoto que azotó la zona. Dos años después, gracias a Minera Collahuasi, la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, la Ley de Donaciones Culturas y, muy particularmente, la propia comunidad de Matilla, el pueblo reabre orgulloso las puertas de la tradicional edificación.

"Proyectos como estos hacen que la gente se sienta valorizada en su identidad, y que uno también sienta que vale la pena el trabajo que realizamos. Son momentos en los que se vive el sentido profundo de lo que hacemos", dice la Vicepresidenta Ejecutiva de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, Cecilia García-Huidobro, quien destaca el compromiso de la Minera en la zona y la importancia de la Ley de Donaciones Culturales en el fomento de la participación de la empresa privada en la preservación del patrimonio.

El edificio, declarado Monumento Nacional, construido en 1887, luego de que un terremoto derribara la iglesia antes existente, es de estilo neoclásico, con algunos rasgos de barroco. Destaca su campanario de piedra, también destruido por el pasado sismo. La restauración, se llevó a cabo de acuerdo a las estructuras y materiales originales, con la asesoría del arquitecto Jorge Atria, miembro del Consejo de Monumentos Nacionales. "Para nosotros es muy importante contar con un arquitecto del Consejo, de modo que los trabajos se ajusten a los criterios de Monumentos", señala la gestora.

Más de quinientos habitantes del pueblo, participaron de una labor mancomunada en las reparaciones y hermoseamiento del templo, organizados en un Comité Pro Restauración dirigido por Mario Matis y Lucía Cárdenas. "Todo el engalanamiento interior de la iglesia es producto de un trabajo de toda la comunidad. Colocaron una alfombra roja, restauraron los santos, arreglaron los vestuarios, compraron un vitró: invirtieron mucha plata. Lo que demuestra la valoración de su patrimonio religioso vivo. Es un patrimonio religioso, histórico, artístico, pero sobre todo patrimonio vivo, un centro identitario", cuenta García-Huidobro.

En su opinión, el mayor desafío para poner en práctica el mandato de Minera Collahuasi, quien entregó los recursos para levantar nuevamente la iglesia y el campanario de Matilla, fue la coordinación de un proyecto de alta complejidad y envergadura. "Nuestro criterio fue trabajar con la mayor cantidad posible de gente de la zona. Contactamos a la Universidad Arturo Prat, contratando al arquitecto René Mancilla, quien elaboró el proyecto, y trabajamos con la única empresa constructora experta en restauración, Eco Norte, con la cual también realizamos la restauración de la iglesia de San Francisco en Santiago", agrega.

Para Fernando Rivera, gerente de Eco Norte, el principal desafío de esta obra fue realizar una reconstrucción resistente, que pudiera mantenerse a lo largo del tiempo. Manteniendo la estructura original "incluso el efecto disparejo del estuco", se afianzaron los muros hechos de madera con coligue y anhidrita, especie de yeso característico de la zona. El campanario de piedra, cubierto con estuco de anhidrita, fue reforzado internamente con hormigón armado y, externamente, con planchas metálicas.

"El mayor problema fue que se perdía tiempo en esperas, ya que, por lo alejado del lugar y el difícil acceso, era complicado contar con todas las personas que participaban, sobre todo los que iban desde Santiago- cuenta Rivera-. La mayor satisfacción fue ver la iglesia en pie y ser partícipe de la felicidad de la gente. Yo fui con algunos de mis obreros, que se involucraron mucho y estaban muy emocionados".

La tarea, iniciada hace más de un año, tropezó con diversos imprevistos, con los que "hay que lidiar cada día, como en toda restauración", aclara Cecilia Garcia-Huidobro. Incluido el hallazgo de osamentas humanas. "En ese caso, hay que paralizar la obra, hacer un parte policial y un informe de un arqueólogo. Después de esto, se hizo un enterramiento en el lugar, con una placa", explica la gestora.

(SIN MODIFICACION DE www.nuestro.cl, junio 2007)