IGLESIA
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
MONTEGRANDE
Rodeado de grandes montañas, la sequedad del ambiente y de las extensas viñas, Montegrande fue uno de los lugares más queridos de Gabriela Mistral. Aquí tuvo los bellos momentos de su infancia entre los 3 y 10 años de edad. Cuando su hermanastra fue designada Directora de la Escuela Primaria de Montegrande, se fueron a vivir al pueblo en 1892, a la llamada Casa Escuela, que hoy alberga un museo donde se conserva el mobiliario utilizado por Gabriela. En esta casa recibió su primera instrucción de parte de su hermanastra, quien fuera su primera profesora.
La vida infantil de Lucila Godoy Alcayaga se desarrolló en un estrecho contacto con la naturaleza de Montegrande. Ella decía: “Fui dichosa hasta que salí de Montegrande; y ya no lo fui nunca más”.
A unos 100 mts. de la plaza, junto al camino hacia Pisco Elqui, se accede por un sendero, a la tumba de Gabriela Mistral. No sólo en su testamento, sino muchas veces, ella había dicho: “Es mi voluntad que mi cuerpo sea enterrado en mi amado pueblo de Montegrande del Valle del Elqui”.
A pocos metros de la escuela se encuentra la plaza, donde está la iglesia. Esta fue construida en estilo neoclásico en el siglo XIX y fue entregada a la comunidad el 29 de noviembre de 1870, siendo la más antigua del valle. La iglesia es de una nave simple, con antiguas imágenes religiosas, como el Cristo y la Virgen del Carmen. En la iglesia, en 1896, Gabriela Mistral hizo su primera comunión.
(ADAPTACION DE: Camino a Gabriela Mistral, Gobierno Regional de Coquimbo en www.caminoagabrielamistral.cl; y Diario El Paihuanino en www.elpaihuanino.cl)
UBICACION: Valle del Rio Claro, a 8 kms. de Paihuano y 34 kms. de Vicuña.
(FOTO DE: Biblioteca Nacional, www.memoriachilena.cl)
(Altar mayor FOTO DE mi madre Reina Liebsch Tapia)
(Virgen del Rosario FOTO DE mi madre Reina Liebsch Tapia)
(ULTIMAS 3 FOTOS DE: mi madre Reina Liebsch Tapia, Virgen del Carmen (2) y San Miguel Arcángel (1))
(Fachada de la iglesia FOTO DE mi madre Reina Liebsch Tapia)
(FOTOGRAFIAS DE 2009)
(DOCUMENTO DE: Revista En Viaje, N.225, julio 1952)
(DOCUMENTO DE: Revista Mampato, N.78, julio 1971
LA IGLESIA DE MONTEGRANDE: EN LA RUTA DE LA RELIGIOSIDAD Y DE GABRIELA
MISTRAL POR EL VALLE DE ELQUI
(Urbatorium, Cristian Salazar, www.urbatorium.blogspot.com, 27 de junio de 2017 / sin modificación)
La Iglesia de Montegrande está a sólo unos metros junto a
la carretera D-485, la autopista que se interna por el Valle de Elqui,
siendo lo más reconocible del pueblo frente a su pintoresca plaza, además de la
tumba de la poetisa Gabriela Mistral, ubicada a sólo pasos de este mismo
sitio, y otros puntos del entorno como el ex cerro Fraile, rebautizado con el
nombre de la misma escritora a inicios de los 90.
Montegrande
o Monte Grande es conocido como el lugar de residencia de la infancia de
nuestra primer Premio Nobel de Literatura. Eduardo Cavieres Figueroa informa en
sus trabajos como "La Serena en el s. XVIII. Las dimensiones del poder
local en una sociedad regional", que este pueblo típicamente elquino nace
sobre lo que, hasta la Colonia tardía, había sido la Hacienda del Valle San
Buenaventura de Montegrande, de grandes proporciones y de la que aún quedan
algunos terrenos con parronales como vestigios, alrededor del mismo templo y su
plaza. El poblado como tal comenzará a aparecer después de las subdivisiones
que se hicieron a aquella hacienda, hacia el año 1760.
Llamada
más exactamente Capilla de Nuestra Señora del Carmen de Montegrande, la
construcción de esta iglesia central se debió a las necesidades del servicio
religioso que demandaba esta población del caserío, hasta pocos años antes
habitado por los hacendados y los inquilinos de la desaparecida propiedad,
principalmente.
Según tengo entendido, aquella hacienda
podría haber tenido su propia capilla familiar. Recuerdo haber observado en la
zona, además, información del Gobierno Regional de Coquimbo relacionada con el
proyecto "Ruta Patrimonial Camino a Gabriela Mistral", relativa a la
construcción de un primer templo en donde está éste. De acuerdo a ese dato, la
original habría sido entregada y bendecida en 1870, lo que la haría la iglesia
más antigua del Valle de Elqui.
Empero,
sucede que la imaginería española en el decorado templo, fue adquirida en 1891
para una inauguración ese mismo año, de acuerdo a información divulgada por el
Centro Nacional de Conservación y Restauración en nuestro tiempo, por lo que
podemos suponer que, a la sazón, se habría concluido alguna obra gruesa de la
misma, posiblemente como parte de los preparativos para las celebraciones del
IV Centenario del Descubrimiento de América (1492-1892) que también motivó el
levantamiento y mejoramiento de otras iglesias del Norte Chico. Habrían tenido
especial importancia en estas labores, además, carpinteros especializados
británicos y alumnos de la Escuela de Madera de La Serena.
Sin
embargo, hay otras fechas a la vista. Su actual aspecto debería ser el
resultado de otra gran remodelación y mejoramiento realizados en 1898, si acaso
interpretamos la indicación del año que se observa en la inscripción sobre el
altar mayor, con la imagen mariana y los listones zigzagueantes en latín.
Como
sea, esta iglesia quedó bajo cobertura de la Parroquia de la Inmaculada
Concepción de Paihuano, erigida el 24 de septiembre de 1892, y que incluía
también las iglesias de Pisco Elqui, Rivadavia, Varillar, Alcohuaz, Muanta y
Quebrada de Paihuano.
Su
torre campanario al frente ha sido, desde entonces, lo más alto levantado por
el hombre en el caserío. Tras esa fachada de
estilo neoclásico con toques victorianos, se prolonga una sola nave interior en
alineación Norte-Sur con un techo de vigas con un abovedado con cañón de
tablas, decorado con un enjambre de estrellas sobre fondo azul, muy parecido al
de otros casos como el de la Iglesia de La Tirana, las cúpulas de las
naves laterales de la Catedral de Santiago y otros ejemplos del culto
a la Virgen del Carmen, Patrona de las Armas de Chile y muy relacionada
tradiciones de alusión estelar en sus tradiciones.
Tanto los dos pisos de su coro abalaustrado sobre el
acceso, como el diseño del presbiterio, lucen columnas de estupendo trabajo de
pintura de simulación pétrea, con vetas y colores de roca que semejan bastante,
en este caso, a la tradicional combarbalita de la zona del Limarí, también
en la región coquimbana. El
piso de toda la nave es tablas, con pocos vanos altos en los muros laterales de
albañilería tradicional de la zona, aunque suficientes para conseguir la
iluminación interior apropiada junto con la linterna casi al fondo de la nave.
El
altar mayor está dominado por la imagen de la Virgen del Carmen en su propio
retablo, con las inscripciones en latín a su alrededor, al parecer
correspondientes a una cita o plegaria bíblica. Le acompañan en el presbiterio
la imagen de San José con el Niño Jesús, que fue encargada a Barcelona para la
comentada inauguración de la Iglesia en 1891, y en el otro flanco la imagen del
Sagrado Corazón de Jesús, de autoría desconocida aunque también proviene del
siglo XIX. Ambas, sin embargo, han sido definidas como de escuela artística
catalana, por los expertos del Centro Nacional de Conservación y Restauración.
Otras
imágenes resguardadas en el templo corresponden a la Virgen del Rosario, de
posible origen también catalán, que sale en andas desde esta misma iglesia en
las procesiones, al igual que una del Arcángel Gabriel y otra del Escudo de
Chile frente al altar.
Un
estilizado púlpito se puede observar a un lado del presbiterio, con fino
trabajo de labrado en estilo con algo de neobizantino y neogótico. La escalera
espiral que lleva al coro y al campanario también es una obra es de madera
tallada, aunque con sus escalones muy desgastados a estas alturas de su
existencia. La torre en lo alto, en tanto, conserva su tosca y vieja campana,
con macizo badajo y una inscripción interior con la fecha 1853, que no sabemos
si es exacta o formal, pues fue agregada a mano en tiempos posteriores a la
factura de la pieza. Otra campana menor y más compacta está descargada en el
suelo de este nivel, ya muda.
La
historia local montegrandina y la de sus personajes, es indivisible con la de
esta vieja iglesia. Fue hasta ella donde Lucila Godoy Alcayaga, nuestra futura
Gabriela Mistral, iba todos los domingos a misa tras llegar a vivir a
Montegrande en 1892 a los tres años, haciendo después su Primera Comunión en
ella, en 1896.
La
escritora de la misma región, Marta Elena Samatán, en su libro dedicado a la
vida de la poetisa y titulado "Gabriela Mistral. Campesina del Valle de
Elqui", decía que la media hermana mayor que Lucila, doña Emelina Molina
Alcayaga, solía ayudar a oficiar la misa dominical en esta iglesia, pues no
había párroco en el pueblo. En tales ocasiones, la pequeña Lucila y su mejor
amiga Cristina Pinto Hevia, "una chiquilla de grandes ojos claros que
iluminaban un rostro de finas facciones", se vestían de perfecto blanco
pidiendo las limosna para las obras pías, pareciendo dos ángeles, según
recordaba Emelina.
Eran
los tiernos años escolares de la futura escritora, profesora y diplomática, con
su media hermana ocupando el cargo de Directora de la Escuela Primaria local.
Vivió allí hasta los 10 años de edad, como se recuerda.
Un
terremoto sucedido en 1918, si bien tuvo epicentro en Copiapó, fue
suficientemente fuerte en la región de Coquimbo como para echar abajo el muro
testero del templo, aplastando gran parte del retablo original.
Los
trabajos de reconstrucción del mismo muro y retablo comenzaron inmediatamente y
se prolongaron hasta 1927. Empero, los trabajadores no eran expertos en esta
clase de obras: no consideraron la posición original de las tablas y piezas
repuestas en su sitio, según observó Isabel Costabal en su trabajo de tesis
"Propuesta de recuperación para el altar mayor de la iglesia de
Montegrande". La información es citada por Paula Valenzuela, Mariela
Muñoz, Marcela Castro e Isabel Roubillard en "Puesta en valor de la
arquitectura interior de las Iglesias de Montegrande, Barraza y Monte
Patria", artículo para "Materia y alma: conservación del patrimonio
religioso en los valles de Elqui y Limarí", también del Centro Nacional de
Conservación y Restauración, en 2006. Las cuatro autoras agregan allí:
"Durante
la reconstrucción del retablo, el segmento más dañado –la parte media de su
sección central, donde el motivo es una banda zigzagueante con un texto en
latín- no fue reconstruido correctamente. Por razones que no conocemos, en esa
oportunidad no les fue posible ubicar en su posición original numerosas tablas
con decorados. Si bien este segmento se recuperó, se lo hizo en forma
deficiente ya que, por una parte se utilizaron tablas originales con decorados
pero en ubicaciones incorrectas –generando el consiguiente desorden del diseño–
y por otra, tablas nuevas débilmente integradas al retablo a través de la
aplicación de un color rosa plano, similar al usado como base en el
mismo".
A
pesar de todo, el retablo de esta capilla es uno de los más interesantes y
coloridos de las iglesias de la zona, gracias a la recuperación que se realizó
de su aspecto original y de la que hablan Valenzuela, Muñoz, Castro y Roubillard
con más detalle en su señalado informe.
Volviendo
a Gabriela Mistral, ella pasará por última vez frente al templo en 1960... Pero
en esta ocasión lo hará dentro de una urna y de camino a la cercana sepultura y
monumento que se hizo en su honor junto a la carretera, cumpliendo su último
deseo de descanso perpetuo en Montegrande, cumplido tres años después de su
muerte en New York.
La
actividad de la iglesia hoy es más bien quitada de bulla, permaneciendo más
como atractivo turístico, durante la mayor parte de la semana. Es lo esperable
en un poblado que registra sólo unos 300 a 400 residentes locales. Todo cambia
con celebraciones como la Fiesta de la Virgen del Carmen, pues Montegrande
cuenta incluso con un "Baile Danzante Carmelitas", con gran participación
en los encuentros religiosos de Coquimbo. Para las ceremonias especiales y
pastorales, acude a veces el Obispo Auxiliar de La Serena. Además, hay cierta
actividad cruzada en ella con la que corresponde a la Parroquia de Paihuano,
comuna a la que sigue perteneciendo administrativamente este caserío.
El
sector central de Montegrande fue declarado Zona Típica por Decreto Supremo N°
621 del 31 julio de 1990, por lo que la iglesia está dentro del rango de
protección de los monumentos nacionales. Dicha declaratoria incluyó la vieja
casa-escuela, la casona del fundo vecino a la plazoleta y la tumba de Gabriela
Mistral, todos lugares importantes en la temprana etapa biográfica de la
insigne poetisa.
En
esa misma época había cambiado el aspecto arrabalero de la placita, además, que
se extendía como explanada frente al templo, luciendo los senderos, arboledas y
fuente central que hoy se pueden ver en ella, con otras mejores posteriores en
el camino. Se le habían eliminado también los cercos que formaban una especie
de perímetro y una cancha vacía dentro del área verde, remontados a los tiempos
en que esta misma plaza era más bien el jardín del terreno de la iglesia,
enfrente de la misma.
Se
han hecho otros importantes trabajos de restauración del conjunto, incluyendo
la recuperación de las pinturas del presbiterio y las figuras religiosas y
ornamentales, tal como ha sucedido en las vecinas localidades de Barraza y
Pisco Elqui. El terremoto de Punitaqui de 1997, por ejemplo, dejó sus marcas en
las capillas elquinas, obligando a llevar a efectos una restauración y
reparación del templo de Montegrande dos años después, en 1999, y la de su
imaginería religiosa hacia 2001.
No
obstante, con los terremotos de 2003 y de 2015, muchas iglesias del Valle de
Elqui volvieron a sentirse afectadas por la inclemencia telúrica, acumulando
más daños. Si a eso sumamos el envejecimiento de los materiales, podemos
decir que la Iglesia de Montegrande no está en la mejor situación esperable
para su estatus y atractivo. Más allá de lo que podría pasar por pátina, por
ejemplo, hay daños evidentes en la fachada, con parte de sus adobes y
materiales internos al desnudo entre algunas grietas o caídas del revestimiento
exterior. Hay grietas también en los estucos, tantos exteriores como interiores,
y en el sector del campanario, muy vetusto interiormente, colmado de fecas de
aves y, a pesar de refuerzos con vigas de madera, por aparente acción del
viento golpeando la estructura, según nuestra impresión durante la última
visita. El interesante balcón exterior del campanario ya es completamente
inseguro y, por esta razón, está cerrado a cualquier visitante.
Durante
el verano 2017, el Grupo de Amigos de la Parroquia San José de Algarrobito hizo
debutar la llamada Ruta Patrimonial Iglesias del Elqui, que une todas las
capillas y templos más importantes de la ruta elquina, entre los que ocupa un
lugar destacado esta iglesia. Así, ya sea paseando por la fe del Valle de Elqui
o por la luminosa huella de Gabriela Mistral en el mismo, la iglesia es un necesario
hito de similar relevancia en ambos casos, para la atracción permanente de los
turistas.
De
esta manera, si a todo el atractivo histórico y patrimonial de la iglesia le
consideramos sumado el fantasma lírico de Gabriela Mistral paseando por su identidad
y la del poblado donde se halla, qué duda cabe de que la Iglesia de Montegrande
es uno de los atractivos de la arquitectura religiosa del Valle de Elqui más
interesantes, simbólicos y necesarios de conocer.
Enlace original del tema